La antigua palabra folklore (folk) pueblo, (lore) saber, el saber del pueblo utilizada por primera vez por el anticuario Williams John Yhoms en la revista londinense “the Atheneum” un 22 de agosto de 1846. Este término tuvo rápida difusión en Europa y acá en América Ricardo Rojas hasta aceptó que cambiara la “k” por ser “c” y la RAE la incorporó ya que la universalización nos alcanza. Hablamos de folclore como elemento natural de nuestra cultura, de la tradición como resguardo de nuestra identidad y soberanía y para ello y para ello se mantiene vigente nuestras danzas, comidas, vestimentas y nuestras celebraciones como la Pachamama acá en Tucumán o la Virgen” o el Señor del Milagro en Salta; el Carnaval en Jujuy; o el Señor del Maillin en Santiago del Estero y así todas las regiones argentinas. En todos los países se celebra este día; en Brasil con su música nativa, la bossa el samba; en Austria con sus vals vieneses; en España con sus castañas y sus pasodobles, etc.; o en Italia con sus operetas y música autóctona; o el jazz en el país del Norte. En nuestro país en 1965 el Fondo Nacional de Las Artes instituyó esta fecha como “Día del folclore”, más allá de fechas y semánticas los pueblos no deben olvidar sus tradiciones, ya que es el patrimonio de los países espejo del pasado que se proyecta con ancha luminosidad sobre el futuro. Decía Atahualpa Yupanqui: “los pueblos, los hombres, se enfrían por ausencia de espíritu, pero estamos nosotros con pedernal y yesca con cantares y poemas, con un alto desvelo y sueño de todo tipo para entibiar las horas de los que no quieren congelarse todavía”. Cerro Colorado 1987.

César Trejo                                 

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